Amigo Alfredo.
Amigo Alfredo,
leedor de pensamientos,
volátil en la voz y en la palabra,
tan religiosamente sutil
en lo bien dicho,
sin decir nada
desde el empolvado nicho.
Retengo recuerdos
en cofres medio abiertos.
Retengo los muebles,
las flores secas
y los libros, ¡ay, los libros!
Porque hubo un nombre,
una cara, una voz
detrás de ellos que,
aún retumba el amor que les tuvimos