Dicen que el aleteo de una mariposa puede ser el más sublime concierto de arpa para el oído enamorado del amor, la música y el color. No importa en que posición se ponen, todas terminan unidas y domesticadas en la misma jaula. Para ellos, la hice de chocolate y filigrana. Pequeñas filigranas pGalaxia de retazosor donde el sol y la luz entran para acariciar el concierto de las alas. Vuelan y vuelan, como Luisa cantaba a sus tres añitos, haciendo círculos con sus manos en el aire. Cuidado, mucho cuidado al abrir la jaula de chocolate y filigrana, puede escapar en sus alas, el amor, la música y el color, a un mundo distraído entre círculos, como sus pequeñas manos hicieron, cerrado, abierto, sutil, volátil y transparente…Algo así, como yo.
MaLuisa SChaves